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Breves historias de vida - 13 de Febrero de 2004

Un 4 de Enero de 1965

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La literatura sufre una de sus más grandes pérdidas. La poesía del siglo XX se viste de luto. Los ojos lectores descargan el contenido de enormes manifiestos en medio de letras saladas que se deslizan por entumecidas mejillas.

Thomas Stearns Eliot desencarnó el alma hacia 'La canción de amor de Alfred Prufrock'. 'La tierra asolada' vibra sus recuerdos cuando en 1925 la revista literaria Criterion condensó, quizá, la mejor de sus obras.

Ese abolengo constituido en la alta burguesía de la época no logró vencer su timidez, pero su voz escrita pudo expresar con certeza y excelsa profundidad las penurias de una humanidad sumida en sus angustias.

En 1948 obtuvo el premio nobel de literatura, cuando aún no salía de la tortuosa relación con su esposa Vivienne Haigh–Wood, quien estuvo internada en un sanatorio para deficientes mentales desde 1932 hasta su muerte, acaecida en 1947.

Tal vez su obra más leída 'La tierra baldía' tenga características de ser, para algunos, un texto enigmático y oscuro. Aun el mismo Eliot expresó en una oportunidad: 'El lector más experto no se preocupa de entender, por lo menos, no al principio. Sé que mucha de mi poesía favorita es poesía que no entendí a la primera lectura, o que todavía no estoy seguro de entender: la de Shakespeare por ejemplo'. Sin embargo nadie puede negar la genialidad de este escritor que produjo un profundo giro en la poesía a partir de su inserción en la misma.



Tu me escribiste:

'Me parece que morí desde hace tiempo.
No digas nada de mi al otro mundo'



................y yo te contesto, querido poeta, será imposible que no lo haga.
Adolfo Vaccaro, escritor argentino | mensajes@adolfovaccaro.com.ar | 2002 - 2024 | Textos disponibles en el sitio: 594