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Ensayos y política - 01 de Enero de 2004

Memoria

Memoria
Transitando algunos mojones de mi memoria y comprobando que la clase política toda, que nos ha gobernado durante más de un siglo, ha sido (salvo mínimas excepciones) un fracaso para los destinos del país, me atrevo a escribir sobre las consecuencias de los flagelos que nos arrecian, siendo responsables directos la dirigencia que supimos conseguir.


Todos los días escuchamos, por los distintos medios de difusión, las virtudes y los logros del Peronismo. Los adoradores instalados en puestos de privilegio de la función pública, viven mostrando, durante sus discursos proselitistas, el escudo y las imágenes fundacionales de tan insigne movimiento. Pocos se atreven de recordar los excesos cometidos a favor de la instauración de un modelo que fue modificándose conforme a los deseos personales de quienes ejercieron el liderazgo.

Tomemos nota.


Período l946-1955.



La consolidación de una dictadura nazi-facista, solventada por una clase popular reivindicada.

El convenio con los criminales nazis, otorgándoseles cambio de identidad y ciudadanía o radicación.

La constante persecución a comunistas, socialistas, anarquistas y judíos, a pesar que, aprovechándose de los proyectos surgidos del pensamiento de Alfredo Palacios, se llevaron a cabo realizaciones postergadas.

La asistencia obligatoria de la clase obrera a la plaza de Mayo, en los actos de conmemoración del 17 de Octubre, incluida amenaza de despido, en caso contrario.

Crear una CGT para consolidar la demagogia ejercida sobre las masas.

La utilización, por primera vez y en forma masiva, de la picana eléctrica.

Los constantes mandatos a la Alianza Nacionalista para apedrear comités opositores, amedrentar brutalmente a pensadores de diferentes ideas filosóficas y otros “trabajos” más execrables que han quedado en el conciente colectivo de quienes vivimos alentando la libertad.

La expropiación de los medios de difusión opositores.

La imposición de la enseñanza de Religión en las escuelas y luego quemar Iglesias cansadas de los abusos dictatoriales.

Construir la Iglesia Nacional Peronista y canonizar, a capricho, a Eva Duarte.

Comer pan negro en el país del trigo, y en la región del vacuno, carne una vez por semana.

La quema de libros e imponer la lectura del texto “La razón de mi vida”, emulando los tiempos del nazismo.

Poner Jefes de Manzana en todos lados para vigilar opositores.
Engañar al pueblo con el Nacionalismo y en una maniobra astuta como sólo un genio político como Perón puede hacer, invitar al hermano de Dwight David Eisenhower y firmar los contratos petroleros.
Escapar en la cañonera paraguaya cedida por el Gran Demócrata Alfredo Stroessner, mientras el pueblo, dispuesto a luchar por su líder, moría masacrado, convirtiendo el 5 por 1 de aquel discurso reaccionario del mes de Junio de 1955, en cientos por nada.



Período 1955 a 1976


Asesinar, primero, a Augusto Timoteo Vandor, quien pretendía reformular el movimiento peronista sin Perón, y luego a José Ignacio Rucci, transformado en un dirigente poderoso y hombre de confianza del general. Pero cabe recordar que la lucha metalúrgica era verdaderamente sangrienta y que afloraba con inusitada fuerza quien luego se transformaría en el nuevo conductor: Lorenzo Miguel, alguien muy caro a los intereses de todos los argentinos, negociando políticas prebendarias con los gobiernos de turno.
Construir milicias “izquierdistas” (Montoneros y otros) para volver al poder y luego masacrarlas por las milicias derechistas de la Triple A.
Sabotear todo gobierno que no sea peronista sumiendo al país en el caos.
El General Perón viviendo asilado en el país de su gran amigo y “gran demócrata”, el generalísimo Francisco Franco amigo del Führer Adolph Hitler y del Duce Benito Mussolini.
Imponer el Rodrigazo destruyendo el salario de los obreros.

También cabe recordar que existen unos 16.000 documentos con más de 50.000 páginas desclasificados por el gobierno norteamericano y que han permitido esclarecer que "dos coroneles activos del ejército chileno" informaron a Perón de los planes de un golpe contra Allende y, "de acuerdo al texto, ‘Perón informó a los coroneles que el derrocamiento de Allende era un asunto interno por lo que él no aprobaría, ni condenaría dicha acción’. Perón había retornado a la Argentina el 20 junio de 1973, con el tiempo suficiente para adoptar la misma neutralidad ante el golpe en Uruguay, una semana más tarde, que desató una huelga general con ocupaciones de fábrica sin precedentes en la vecina orilla. A Perón le preocupaban más las tendencias combativas de las masas que el problema de quedar rodeado geográficamente por gobiernos militares.

Firmar el decreto de aniquilación de la Subversión.
Hacer de un país desarrollado un país tercermundista.
Tener a las universidades bajo control armado.
Matar a más de 2000 opositores en solo 3 años de gobierno.


Período 1976 a 1999

Firmar el pacto militar sindical.
Dejar morir a los militantes, mientras los dirigentes tomaban vacaciones en Europa o ejercían puestos en el gobierno militar.
Hacer 13 paros generales a un gobierno que no es peronista.

Vender el patrimonio público a precio vil, con gran ganancia económica personal para dirigentes peronistas, que solamente les sirvió para enaltecer aún más su poder y su gloria.

Corromper de arriba a abajo el Estado.

Conformar una Corte de Justicia adicta al poder político.
Sabotear un gobierno hasta el hartazgo por hacer votar en el congreso el punto final, la obediencia de vida y luego, en una maniobra magistral, sacar por decreto el indulto, poniendo por excusa “la pacificación del país”.

Negociar con las mafias del narcotráfico logrando que nuestro país, además de utilizarse como tránsito de drogas, se convirtiera en gran consumidor.

La creación de la Aduana paralela, abarrotando los galpones de Ezeiza, utilizados indiscriminadamente por los amigos empresarios quienes nunca pagaron los impuestos que hubieran correspondido.

Instalar el mercado del oro.

El contrabando de armas.

El lavado de dinero.

Eliminar el proceso de industrialización.

Entregar la riqueza del subsuelo y las empresas más rentables en manos extranjeras.

Regalar Aerolíneas Argentinas a la empresa Iberia, quien se encargó de desmantelarla paulatinamente.

Privatizar aeropuertos, sin importar la estrategia geopolítica que esto significa.

Ser extranjeros para viajar a Malvinas, mientras se encargaron de abaratar los gastos británicos, llevando medios de consumo desde nuestro continente.
Hacer alarde de riquezas obtenidas mediante el estrago de la cosa pública. Mostrando Ferrari, modelos y reconocidas mujeres dispuestas a todo por conseguir poder y publicidad.

Aviones remodelados para el uso personal y el de sus cómplices, debiendo el ciudadano común pagar suculentos viajes tercermundistas a quienes siempre vivieron anexados al primer mundo, entregando patria y pueblo.

Contribuir con fuerzas de paz en conflictos ajenos a nuestros intereses, que aún seguimos pagando y que es la manera de reverenciar al patrón del norte.
El mandato de un presidente que no le importe que le maten al hijo por descubrir relaciones mafiosas anexadas al poder político.

El encubrimiento del atentado a la embajada de Israel y la AMIA. Estigma que aún no hemos erradicar del bochorno y de la indignación.
Reprimir todo tipo de huelga.
Destruir la educación, el trabajo, la salud e incrementar la desigualdad en la repartición de la riqueza.
Llamar gorila a todo el que se oponga.
Privatizar los medios de comunicación para dárselos a sus amigos periodistas.

Dar residencia a la esposa de uno de los mayores narcotraficantes colombianos, que se encargó de lavar gran cantidad de dinero por medio de negocios inmobiliarios.

Prestar alojamiento a un amigo general del Paraguay, sospechado de ser el gestor ideológico del asesinato del vice-presidente.

Hacer desaparecer los archivos de todas las declaraciones juradas de los funcionarios de gobierno y amigos del mandatario, presentadas antes de cumplir con la función pública.

La corrupción y el conturbernio instaurados en todos los asentamientos feudales del país y en la Capital Federal representada por el que hace poco dijera públicamente, con cierto dejo de orgullo, y con motivo a la reincidente nominación a un cargo público: “A mi me eligieron por mi inteligencia y no por mi prontuario”.


Período 1999-2002



Decir que uno fue elegido para ser oposición y a la primera de cambio tomar el poder por un golpe institucional sin el voto de nadie.
Extender el corralón ad infinitum.

Reducir de un día para el otro a la mitad el salario de los argentinos con una devaluación del más 100%.

Participar, mediante acciones de gobierno, para establecer un nuevo récord de pobreza. La mitad del territorio está sufriendo este flagelo, sin intención de repararse. Dado que la concepción partidocrática es adepta al feudalismo, y cuando más vasallos y pobres existan en una comarca, mucho más fácil se hace adquirir votos a precio de remate. Lamentablemente la necesidad y el hambre son el caldo de cultivo para la conservación del poder absolutista.
Y por último, desechando detalles por todos conocidos y cometidos por estos mesiánicos del poder, queda mencionar la manipulación de la entrega del bastón presidencial con el fin de eternizar el despropósito que se viene ejerciendo hace ya 56 años, salvo dos excepciones de presidentes que no se enriquecieron a través de la función pública, que fueron derrocados y no respondían a la filosofía peronista. Llevaban igual nombre, me estoy refiriendo a Frondizi e Illia respectivamente. Es probable que ninguno de ellos sean, alguna vez, demandados por Dios y la Patria.



Disfrute escuchando las frases célebres y discursos
Adolfo Vaccaro, escritor argentino | mensajes@adolfovaccaro.com.ar | 2002 - 2024 | Textos disponibles en el sitio: 594