Hay personas que mudando su principio
vuelven yermo el bienestar ajeno
¡tanto marañal creciente por dinero!
ruge voraz de sórdida injusticia.
Hay personas que mudándose de obra
abandonan su fin y trascendencia
volviendo huérfano el pilar del tiempo
extirpando de plan a su destino.
Hay personas que mudándose de vida
se llevan un matiz de la mirada
y esa secuencia que tuvo la palabra
nos espacia en pródiga terneza.
Hay personas que mudándose de amores
nos restan el latido acelerado,
la misteriosa infinitud del sueño
y ese dialecto de piel atenazada.
Hay personas que mudándose en distancia
dejan su halo de visión secreta,
que hallamos descuidada a cada paso
sin motivo, noción o pensamiento..