Cuando de sillas se vestían las veredas, y la pobreza era de su reyuela un tejo,
el parque – decía mi abuela - se hacía guitarra.
Herencia de madre que emigró de Avellaneda, mostrando aquel rostro de isla de Pascua y manos gigantes como almacenes vetustos.
Antes que voz de ultratumba rebozando lunfardo, acompañaba la Luna cuando se hacía canto en su Chola. Más tarde los De Caro, Oranzo y Humberto Canaro formaron parte del camino que derimirá en Salgán el flébil desacuerdo. Hasta que un día, su bajo registro fue a parar ante la atril hechura del gran gordo. A partir de aquel instante todo el mundo se hizo Sur...........y el después nos abrazó al gran Homero, entidad y razón del ser ciudadano.
Y de aquel colonial hospital de hombres, la ocurrencia vislumbró un Viejo Almacén, inaugurado el 8 de Mayo de 1969 por las acariciantes notas de Horacio Salgán y Ubaldo De Lío, iluminando los versos de Ferrer, cuando la noche aún era bohemia y confianza por Independencia y Balcarce.
"En este Viejo Almacén
tengo un coro de gorriones.
sabios, poetas y chorros;
se mezclan por los rincones
un tango de antiguos sones
y un son de tangos cachorros."
Recitado fundacional del alma pater, acerca de un rincón que hoy conoce de fantasmas, solamente transitado a paso de recuerdo.
Fue a partir de aquel 18 de Enero cuando el sur cegó su cita.........y el parque en su charcal cambió acordes por mosquitos.